cassie capitulo 5

Bueno se que este cap. lo tenia que haber subido la semana pasada..pero no pude...y tampoco puede comunicaros que el 12 de octubre, que aparte  de ser el dia de la hispanidad o de la raza...dependiendo ond esteis... fue el cumple de mi amor platonico. ..Josh...!!
bueno os abreis enterado por los otros blog, face, o twitter...o otros como yo..que pusieron u evento en su telefono pa acorarse,..!! jajajjp
bueno os dejo con el cap. espero que os gustep..!!

PD: rue pujol..segura qe es ese el url..?¿  esq te e intentado afiliar...pero me da que no existe...
 reponde me en comentario plis..besos

Después de que Iván nos dije en qué consistiría nuestro entrenamiento, nos enviaron al distrito 12. La despedida de mi abuela fue un poco nostálgica, le prometí que me cuidaría. Antes de que mi tren llegara mi abuela me dijo.

-Pórtate bien, ser agente de la paz lleva su responsabilidad.

Eso fue lo que dijeron Iván y Luis a nuestras familias. Les dijeron que buscaban a chicas jóvenes para entrenarlas y que fueran agentes de la paz. Porque no tenían mucho personal. Y que se cobraba bien, que podíamos vivir decentemente durante mucho tiempo.

La madre de julia al principio se negó, pero al ver a su hija lo feliz que le hacía acabo aceptando.

El tren llego a las dos de la tarde, mi abuela me abrazo y me dio un colgante, tenía un sinsajo dentro de un aro dorado y con una flecha. Me dijo que también se podía poner como pin, también me dijo que perteneció a mi madre, a ella le encantaba, por eso tras su muerte ella lo guardo para que llegado su momento me lo daría.

Yo se lo agradecí, es el recuerdo más bonito que tengo de mi madre.

Julia se despidió de su madre y su hermana, las tres estaban llorando, para julia separarse su madre y hermana  era muy duro. Pero tanto sacrificio valdría la pena, todos seriamos felices cuando el capitolio se hundiera.

Cuando nos subimos el tren era muy elegante, nada más cerrarse la puerta un señor nos vio y nos dijo:

-¿Quiénes soy, que hacéis aquí y porque estáis aquí?

-Déjalas Tomás , son las nuevas reclutas, van para el doce.

Dijo Luis, la verdad es que nos asusto mucho porque su voz cada día era más ronca, y no lo esperábamos.

-¿El doce?

-Sí, ya te lo he dicho. Por favor llévalas a sus habitaciones.

-De acuerdo, seguidme por favor.

Seguimos al tal Tomás por unos pasillos muy amplios con muchas habitaciones, de repente se para , nos mira y nos dice.

-Tenemos 3 habitaciones libre, una de ellas tiene dos camas separadas, las otras dos solo una. ¿Queréis dormir juntas o separadas?

-¡Juntas!- decimos a la vez.

La verdad es que me encanta dormir con ella, cuando nos quedábamos a dormir en la casa de la otra, nos acostábamos muy tarde, hablábamos, reíamos,  cantábamos…cosas así. ¿y aquí, porque no sería deferente?.

Cuando entramos la habitación era enorme, tenía dos camas  separadas, dos armarios enormes. Que cuando los abrimos tenia muchísima ropa, y toda era de nuestra talla.

De repente tocaron la puerta, nosotras abrimos y era una chica de unos veintitantos  y estaba vestida de agente de la paz.

-Hola puedo pasar?

-Si claro pasa- dije amablemente.

-Bueno chicas, sois las nuevas reclutas, ¿no?- nosotras asentimos con la cabeza- y bueno quien os a reclutado Luis o Matías?.

-Matías?-dije un poco extrañada nunca había oído hablar de ese señor- no, fue Luis.

-Luis? Seguras- nos dijo algo dudosa.

-Sí.

-Está bien, era solo por asegurarme, porque en este mismo tren van chicas que van a realidad a entrenarse para ser agentes de la paz, ellas irán al 8, pero vosotras no. Como sabéis iréis al doce para pertenecer a nuestra organización. Tardaremos cuatro días en llegar al doce, disfrutad de la estancia. Y  por supuesto, ser discretas, no le digáis a nadie porque realmente estáis aquí. ¿está claro?.

Nosotras solo asentimos con la cabeza.

Los cuatro días se pasaron volando, la verdad es que se izo muy ameno el viaje, conocimos a chicas muy agradables y otras no tanto. Pero la verdad es que nos divertimos mucho.

Estamos recogiendo nuestras cosas porque Lucia, la chica de los veintitantos, que al final tenia veintitrés, nos dijo que en cinco minutos entraríamos a la estación del distrito doce.